Jóvenes reclutas

Unos aún adolescentes, otros en sus primeros 20, que surgen de la pobreza, de familias disfuncionales, que desertan de la escuela, que desean lo que la publicidad les vende… Los jóvenes son los reclutas y las principales víctimas del narcomenudeo.

De 2012 a 2016, 5 mil 337 personas fueron detenidas en Sinaloa por venta de droga al menudeo. El 38 por ciento son jóvenes de 16 a 25 años, según se desprende de un análisis de Noroeste con datos de la Fiscalía General del Estado.

El 80 por ciento de detenidos por narcomenudeo vienen de colonias marginales, estiman especialistas de Sinaloa.

De ese porcentaje, las principales ocupaciones que declaran los detenidos por narcomenudeo son jornalero, empleado, albañil, ayudante de albañil, comerciante, pescador, estudiante, o desempleado, entre otros, según datos de la FGE.

En estos 5 años recientes, las cosas también cambiaron en el Centro de Internamiento para Adolescentes sinaloense.

En 2012, el número de jóvenes que ingresaban por venta de drogas era bajo, entre el 8 y 10 por ciento. Hoy, de acuerdo con Sergio Núñez, director del CIPA, los muchachos delinquen más en narcomenudeo.

Comentarios de Director del CIPA, Sergio Núñez

“Este año, lo que no había sucedido en 4 años, se hizo ese notable cambio en el que el joven ya participaba más en la venta y transporte de droga”, dice.

“Es un factor que afecta a los adolescentes, en el querer adquirir dinero rápido, por ahí empiezan, para después ingresar a una célula delictiva más grande”.

De acuerdo con las cifras del CIPA, el 19 por ciento de los 21 jóvenes que ingresaron el año pasado fue por causas relacionadas con delitos contra la salud. Al primer semestre de 2017, el porcentaje subió al 40 por ciento, de un total de 20 internos.

“¡Imagínate! Un 40 por ciento de (un total de) 5 delitos (que son causa de internamiento), pues sí es un factor bastante amplio”, expresa Núñez.

En el CIPA también hay muchachos internados por homicidio, secuestro y robo de auto. Actualmente, el 75 por ciento de ellos ingresaron con problemas de adicción a alguna droga.

“El 80 por ciento de los adolescentes son de familias disfuncionales”, expone Núñez, “familias separadas, de la periferia de la ciudad. Colonias alejadas que, prácticamente, tienen un modo de vida al día.

“Necesitan estar trabajando día a día, la familia, la mamá sale, el papá también sale a trabajar, y dejan a los hijos solos, o con los abuelos. El 80 por ciento de los adolescentes caen en ese perfil, por falta de supervisión del padre, por falta de supervisión de la mamá, ellos buscan dinero fácil para poder adquirir sus cosas. Por ahí empiezan”.

“Quiero comprarme unos tenis, quiero comprarme unos pantalones, quiero invitar a la muchacha que me gusta, va a ser el Día el Amor y la Amistad, va a ser diciembre, empiezan por un pequeño robo”.

Así de simple, así de real.

Aunque las fuentes coinciden en que el narcomenudeo golpea más a la población en pobreza, no significa que las clases media y alta estén exentas del problema.

“Esta droga (la metanfetamina) te la consumen hasta personas que son profesionales, médicos, de todo, cualquier persona te consume ahora que se hizo más viral que el perico”, dice Daniel.

Cristóbal Castañeda Camarillo, subsecretario de Seguridad Pública de Sinaloa, también ha sido testigo de que la industria ilegal de la droga alcanza a todas las capas sociales.

“Un caso que me tocó cuando recién llegué”, cuenta, “hubo un enfrentamiento con un grupo de jóvenes, desgraciadamente, y llega un Mercedes Benz, y se baja un señor corriendo para ver… y resulta que era una persona de aquí de Culiacán con un modo honesto de vida y fue a ver a su hijo que participó en eso.

“Realmente su hijo participó en eso no por necesidad, no tenía necesidad de estar ahí. El papá podía proporcionarle educación, inclusive dijo que le ofreció ponerle un negocio de lo que él quisiera, pero el chico se juntó con malas compañías y terminó así, lamentablemente. Somos una sociedad muy permisible”.

Tania Villalobos Pereda, psicóloga especialista en terapia familiar, explica que de los 14 a los 25 años los jóvenes viven una etapa de transición marcada por su pasado.

“Prácticamente entre los 14, 15, 16 años hasta los 25 años están en una etapa de transición en la que, si su pasado, lo que vivieron, ha sido muy difícil, han sido vejados, maltratados, mal orientados, estarán anclados en ese pasado, no van a tener una perspectiva de futuro”, expone.

Por lo tanto, explica, los muchachos buscan grupos a los cuales pertenecer en busca de identidad y seguridad.

“Los muchachos buscan también algo que les dé seguridad, un sentido de pertenencia, que los estructure, que los proteja cuando no se sienten protegidos ni por sus propios padres ni por la sociedad”, dice.

“Buscan estos grupos en los que hay un costo, pero también un beneficio, y cada uno va a obtener el beneficio que está buscando, el satisfactor que está buscando en ese sentido de pertenencia. El sentido de pertenencia es poderosísimo”.

Bruno tiene 19 años. Fuma mariguana desde los 17 años.

Asegura que sólo consume mota, y entonces muestra todos sus dientes en una sonrisa que lo muestra como es: apenas un joven flaco y moreno que inicia en la vida, aunque ya ha pasado por mucho. Está vinculado con dos asesinatos, secuestro y robo de auto.

-¿Qué tan fácil es acceder a la droga en la calle y cómo?

Empecé a los 17 años por medio de las amistades. Con las amistades se facilita mucho conseguir droga. Y pues con las mismas amistades, ya se conoce a la gente que las vende.

-¿Dónde ibas a comprarla?

Iba a la casa de los amigos, uno hace amistad con la misma persona que la vende. Así de fácil.

-¿(La venden) en casas, abarrotes?

En donde sea, colonia, abarrotes, hasta alguien que anda vendiendo cositas en la calle, como dulces, cualquier cosita.

-¿Y los vendedores son de tu edad, son más viejos?

Hay de nuestra edad, hay gente más adulta.

-¿A los que le comprabas tú, eran de tu edad?

Eran más mayores que yo, unos 25, 26 años. Ya tienen rato en eso.

-¿Percibes que ahora se consume más mariguana en la calle que antes?

Yo creo que sí, porque antes como que no tenían permitido vender a jóvenes menores, pero ahora cualquiera, cualquier niño de 12 años, 13 años, ya anda fumando. Por lo mismo por las amistades que se juntan con jóvenes más grandes que ellos o porque la consiguen más fácilmente.

-¿Sí te diste cuenta de que algo cambió con respecto a la mariguana?

Pues sí, ya donde sea se mira eso, ya se puede decir que en cualquier lugar ya lo miras, en un lugar, en la calle, en un parque, donde sea.

-¿Por qué coinciden las edades de las víctimas?

No pos para agarrar dinero fácil, por experimentar, porque a la edad de nosotros nos queremos comer el mundo, creemos que no pasa nada. Por la edad rebelde que tenemos no hacemos las cosas como son.

Bruno

Únete a la conversación