Guillermo Moreno Torres
El monto representa 1.40% del Gasto Total en Obras en Sinaloa
Es compadre de Luis Mario López Carlón, hijo del ex Gobernador Mario López Valdez, desde el 2 de diciembre de 2015, cuando bautizó a la hija del constructor en la Iglesia Santa Inés.
Nació en Hermosillo, Sonora. El 14 de diciembre de 1986. Actualmente, radica en Culiacán, Sinaloa.
Es un joven empresario, quien en compañía de sus hermanos José Marco y Eduardo Moreno Torres, creó a sus 24 años la empresa MTorres Desarrollo y Construcción el 19 de marzo de 2011, al tercer mes de que Malova asumió el Gobierno de Sinaloa.
“Construcción de todo tipo de obra civil y arquitectónica”, describe como objeto social el acta constitutiva 8 mil 395.
El domicilio fiscal registrado de la empresa es Lázaro Cárdenas 509, local A-2 poniente, en el centro de Los Mochis. Es, en realidad, una habitación rentada y vacía ubicada en el segundo piso del edificio. Al que, según dicen los otros arrendatarios, no conocen a los dueños de la constructora.
El domicilio fiscal registrado de la empresa es, en realidad, una habitación rentada y vacía ubicada en el segundo piso del edificio.
Con nula experiencia en la construcción, el Gobierno malovista le asignó a MTorres Desarrollo y Construcción ocho obras que suman 186 millones 163 mil 913 pesos. La mayor parte del dinero lo recibió de la extinta Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas por 141 millones 838 mil 566 pesos y del Instituto Sinaloense de la Infraestructura Física Educativa obtuvo 44 millones 325 mil 347 pesos. La empresa ligada a los hermanos Moreno Torres fue una de las mayores beneficiadas con dinero de obra pública, colocándose en el lugar 19 de la lista que incluye a 517 proveedores.
El 75 por ciento de los contratos asignados fueron modificados, es decir, tres contratos de cuatro. Las obras ampliadas fueron: la construcción del bulevar Juan S. Millán en Guasave; el Centro Cultural de Guasave y los trabajos de empedrado de la calle principal de la localidad de Mezcatitlán, en Cosalá. Estos cambios costaron 7 millones 733 mil 279 pesos y un año y 4 meses de demora.
Obras caras, lentas y sin operar
MTorres Desarrollo y Construcción construyó dos obras millonarias del malovismo que ahora son grandes elefantes blancos: el Centro Cultural de Guasave y el Hospital Integral de El Carrizo.
El 12 de febrero de 2013, José Luis Sevilla Suárez Peredo, ex titular de la SDUOP, firmó con la constructora el contrato que lo acreditaría como el constructor del Centro Cultural de Guasave por 17 millones 826 mil 600 pesos que debía concluirse el 31 de mayo de 2013.
Tan sólo dos meses después de la contratación, el 4 de abril Sevilla Suárez Peredo autorizó la modificación al contrato original para prorrogar las tareas de trabajo por 99 días más porque hasta ese día, el Gobierno estatal puso a disposición de la empresa el inmueble en el que se construiría, según el convenio CONV-SDUOP-C-PFTT-051-2013.
Pero el nuevo plazo no fue suficiente, y el ex funcionario ahora inhabilitado del ejercicio público por 3 años, modificó otra vez el contrato para incrementar hasta el 26 por ciento del costo del Centro Cultural, a 22 millones 456 mil 369 pesos.
También la obra se demoró dos meses más. Al principio, el Gobierno estatal prorrogó la obra por 99 días por la tardanza del inmueble, pero cuando ya terminaba el segundo plazo, MTorres Desarrollo y Construcción pide otra ampliación por 254 días más por encima del límite del 25 por ciento que establecía el artículo 38 de la anterior Ley de Obra Pública del Estado, vigente en el sexenio de Malova.
La fecha final de entrega era el 14 de diciembre de 2013, pero se inauguró apenas en noviembre de 2016, prácticamente 3 años después.
“La contratante, dentro del programa de inversión aprobado, bajo su responsabilidad y por causas supervinientes que así lo justifiquen, podrá celebrar convenios para modificar el monto o plazo fijados en el contrato de obra pública o de servicios relacionados con la misma, siempre y cuando, no se rebase el 25 por ciento del monto o del plazo pactados, ni impliquen variaciones substanciales en el proyecto original”, establecía la normativa.
El convenio que firma Sevilla Suárez Peredo, incluso, reconoce que hay exceso en los límites del monto y plazo, pero lo intentan justificar aludiendo el artículo 24 de la misma ley.
“Para los efectos de lo previsto en el Artículo 38 de la Ley de Obras Públicas del Estado de Sinaloa el incremento en el plazo que motiva el presente convenio excede el 25 por ciento del pactado en el contrato de origen. En lo particular, representa un 157.57 por ciento”, detalla el inciso E del convenio.
“Igualmente el aumento en el monto rebasa el 25 por ciento del fijado en el contrato principal; representa un 25.97 por ciento”.
Pero el artículo 24 de la anterior Ley refiere que, en caso de exceder los montos y plazos, se debe presentar nuevamente otro proyecto de obra.
A pesar del incremento en los costos y ampliación de los plazos, actualmente el Centro Cultural de Guasave está subutilizado.
El edificio tiene salas para la enseñanza de música, danza, teatro y pintura, pero no están equipadas. Lo mismo sucede con el auditorio: no tiene equipo de sonido, iluminación ni tramoya para la exposición de obras teatrales y espectáculos.
Para los eventos, expone Honorio López Rodríguez, director de Educación y Cultura, colocan sillas de plástico y rentan equipo de iluminación y sonidos. Estima que el equipo puede costar aproximadamente 2 millones de pesos.
“Era un espacio que casi no tenía uso, pero estamos programando eventos casi todos los días de la semana. Ayer tuvimos un evento, hoy tenemos otro, el domingo tenemos otro, porque queremos acreditarlo como un lugar donde pueden venir a apreciar el arte y la cultura. Ya tenemos una exposición de un artista guasavense que es con el que lo vamos a inaugurar”, expresó.
El hospital integral que funciona como consultorio médico
El Hospital Integral de El Carrizo, construido por la empresa de Guillermo Moreno, costó 71.9 millones de pesos, pero está subutilizado. Sin equipo ni mobiliario, solamente funciona como clínica.
El Hospital Integral de El Carrizo es un elefante blanco que costó 71 millones 970 mil 190 pesos. Es un enorme edificio blanco que alberga dos consultorios y la farmacia que a veces no tiene medicamento. Tiene tres médicos asignados.
El resto del inmueble está vacío: en las paredes, hay letreros con los señalamientos de Cirugía, Hospitalización, Área de Anestesia y Urgencias, que conducen a habitaciones sin camas ni instrumento quirúrgico. Solo hay cortinas colgadas que no separan a enfermos. Y válvulas para medir la presión sostenidas de la pared que nadie usa.
Alberto Arámbula Morones, médico pasante del Seguro Social, quien atiende uno de los dos consultorios del nosocomio, acepta que sólo brindan consulta externa a aproximadamente 35 pacientes que acuden por día.
-¿Qué tipo de atención médica están dando en este momento y cuál se proyecta dar?
…Pura consulta externa. Estamos atendiendo urgencias también, con lo que podemos, sí vemos algunas urgencias… Llegó una señora embarazada que tuvimos que referir; me han llegado picados por abeja; suturas, muchísimas, cortados… Son cosas que la verdad no deberíamos estar viendo, pero pues como te comento, las urgencias las tenemos que ver. Lo que se espera y es lo que le decimos a los pacientes es que se corra la voz. Entre más gente estemos viendo más partes del hospital se van a abrir. Y lo que se tiene planeado abrir es ginecología obstetricia, pediatría, cirugía general y el servicio de urgencia.
-¿Eso para cuándo se proyecta?, ¿les han dado alguna fecha?
No, de fechas nada. La verdad, no. Solamente nos comentaron que si venía más gente, lo iban abrir.
-O sea, ¿está funcionando como un centro de salud y no como un hospital?
Exacto, exacto. El principal problema es esto y mucha gente viene a atender urgencia, pero porque está el nombre de hospital. Pero si tú le quitas el nombre de hospital y le dejas el de centro de salud; o, es más, nada más le quitas el de hospital y se lo dejas como centro de atención, la gente va a saber que no se van a ver urgencias… Sí hay muchas incongruencias en cuanto lo que se abrió y en cuanto al tiempo que va a tardar en abrirse esas áreas… Nosotros nomás venimos a trabajar aquí con lo que tengamos.
Las personas que acuden a atender alguna enfermedad de urgencia son remitidas, como lo hacían antes, al Hospital General de Los Mochis. La atención médica para los habitantes de El Carrizo no ha cambiado.
Alfredo Román Messina, Secretario de Salud, exhibió que no estaba justificada la edificación de este nosocomio ante el número de habitantes.
“El Hospital Integral del Carrizo es una obra importante, un hospital muy bonito en un lugar que no se necesitaba, con una densidad de población de 25 mil habitantes se hace un hospital integral con una inversión de varios cientos de millones de pesos”, criticó el médico el 24 de abril en la comparecencia en el Congreso del Estado.
En su visita a Sinaloa el 3 de septiembre, José Narro Robles, Secretario de Salud federal, prometió destinar más recursos económicos, en esta ocasión para el equipamiento y funcionamiento del hospital que tiene capacidad para 17 camas.
“Ese hospital no puede estar sin utilizarse y no puede servir nada más como una unidad de consulta externa. Ese es un hospital y tiene que funcionar como hospital”, dijo.