La corrupción en la obra pública en México
Mariana Campos, de México Evalúa, ubica las malas prácticas que hacen vulnerable a la corrupción al gasto público en obra. “Terminan pagando más dinero los gobiernos”, dice
Gabriela Soto
El gasto en obra pública en México es vulnerable a la corrupción por las malas prácticas que se observa en todo el proceso del proyecto que va desde la concepción hasta la culminación.
Hay al menos cuatro factores que fomentan la corrupción en el sector de la construcción del gobierno: el excesivo marco regulatorio, la falta de la planeación de la obra, la nula competencia en los procesos de contratación y escasa tecnología en las etapas de concepción.
Esta son las anotaciones que hizo Mariana Campos, coordinadora del programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas del centro de análisis México Evalúa, quien en 2016 publicó MeTrOp: antídoto vs. corrupción, una métrica de transparencia de la obra pública en el País, junto con los investigadores Esther Ongay y Osvaldo Landaverde. Es también Maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Carnegie Mellon, con sede en Estados Unidos.
Campos detalla que existen cuatro factores que promueven la corrupción:
Marco normativo excesivo
“Tenemos un marco normativo que está promoviendo la corrupción, literalmente. Por ejemplo, las prácticas internacionales señalan que la ley de contratación de un país, pues debe ser una ley general, es decir, el gobierno, o los gobiernos, deberían de responder a principios de principios y parámetros estándares que se regulen en una ley general para todo un país”, expuso.
“Y nosotros tenemos un marco normativo fragmentado en una multitud de instrumentos, lo cual hace muy difícil de entender el marco normativo y, por supuesto, verificar el cumplimiento de este marco normativo”.
En México existe la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas, pero también están las 32 leyes de los estados más sus reglamentos y lineamientos.
“(Lo que) te genera más bien corrupción que una buena regulación”, advierte.
El excesivo marco regulatorio en la obra pública genera instrumentos legales con deficiencias, como lo son los convenios modificatorios de los contratos que tienen costos y plazos excesivos.
“Se permiten modificar los contratos de una manera excesiva a lo largo de la ejecución de un contrato. Y, generalmente, esto va en detrimento de las condiciones de contratación para los gobiernos. ¿Qué quiere decir esto? Que terminan pagando más dinero los gobiernos, que recibiendo las obras después y con una calidad menor a la que se contrató”, evidencia.
Falta de la planeación de la obra
En México, las construcciones se crean sin tener los proyectos de planeación que incluyen las especificaciones técnicas, sin la documentación legal requerida para la obra en particular, sin contar con la propiedad del terreno para la edificación, enuncia la especialista.
“Y se ponen a construir obras que no han sido planeadas. De esta manera, se viven verdaderos caos a la hora de ejecutar esos contratos. Y previo a eso, si no tienen información técnica de la obra es muy difícil cotizarla. Y con esa falta de información se llevan a cabo procesos de adjudicación de contratos”, advierte.
Con frecuencia, expone, son los políticos en campaña quienes deciden a base de “ocurrencias” las obras que se edificarán en la localidad, sin tener un diagnóstico real de lo que realmente se necesita.
Competencia en las licitaciones, prácticamente inexistente
Para la especialista, la mitad de los contratos de obra se asignan al proveedor bajo la modalidad de la adjudicación directa y no con base en el concurso de licitación pública que prevé el marco normativo.
“A nivel federal, el 50 por ciento del total de los contratos son adjudicación directa”, especifica.
En tanto, en el proceso de la licitación pública se observan serios problemas de contratación porque los constructores interesadas se enfrentan a requisitos innecesarios o excesivos que no están alineados al objeto del contrato, lo cual es eliminación de la competencia, alerta.
Nula transparencia
Los gobiernos carecen de informes que expliquen cómo van los contratos de cada construcción: cuántos van atrasados, cuántos se han modificado y por cuánto se han modificado, enfatiza.
“Es prácticamente nula esta rendición de cuentas y nos parece importantísimo que hubiera transparencia en esta parte de la contratación porque es el momento en cuál se están haciendo los pagos”, critica.
La falta y el uso de tecnología
El rezago en tecnología para los procesos de ejecución de la obra pública en México es mayor que en los países con las mismas condiciones de desarrollo y con los más desarrollados, compara Campos.
“México no utiliza tecnología adecuada ni para planear sus obras, ni para construir sus obras, o sea, para todo el seguimiento de la construcción del proyecto, ni para adjudicar sus contratos, ni para darle seguimiento a sus contratos, ¡es increíble que en este país con ese nivel de país de desarrollo medio esté tan rezagado!”, expresa.
“El compranet es una herramienta inútil, actualmente; muy rezagada, tecnológicamente, que se considera una biblioteca de documentos, que, para realmente, llevar ahí el proceso de la contratación”, critica.
En otros países, en cambio, poseen herramientas tecnológicas para observar cómo se planea, contrata, ejecuta y revisa cada edificación. Por lo cual, urgió al Gobierno mexicano a que adopten las nuevas tecnologías.
-¿Podríamos decir que todo el proceso que va desde la precontratación, la contratación y la poscontratación son vulnerables a la corrupción?
Sí, todo el megaproceso es vulnerable a la corrupción.
La autora del índice MeTrOp señala que la corrupción afecta a la obra porque la hace más cara de lo que inicialmente lo era y también transgrede la calidad de las edificaciones, por lo que incluso puede poner en riesgo la vida de la población.
“También la corrupción te puede diluir la calidad de los proyectos”, menciona.
-¿Cómo impacta a la población directamente la corrupción en obra pública?
Te puede salir más cara la obra. Como cuando pagas 100 millones de pesos de más, esos 100 millones (de pesos) de sobreprecio la población no los recibe en otros servicios que requiere. Esos 100 millones (de pesos) los pudiste haber utilizado en subir el sueldo a los maestros, o en igual de pavimentar tres calles o hacer el edificio, haber hecho otros tres… La población pierde porque no se están usando eficientemente los recursos.
“Otra manera en la que se afecta a la población es porque quizá es una obra de mala calidad, puedes poner en riesgo su vida. O simplemente, la infraestructura no está siendo eficiente en su funcionamiento”.
“El otro aspecto puede ser que se están haciendo los proyectos que deberían hacer. Si están construyendo centros de convenciones que nadie va a usar, pues esos recursos se pudieron haber empleado para hacer escuelas que sí requiere la población u hospitales que también requiere la población… Estás persona están siendo afectadas por no tener los servicios que deberían tener”.
-¿Qué tan recurrente es la mala práctica de los políticos o gobernantes que se gastan el recurso en obra pública para beneficiar a los amigos, a ellos mismos?
No tengo una estadística, pero tú y como yo sabemos hay muchos escándalos al respecto. Es común ver en las auditorías de la Auditoría Superior de la Federación que se hacen pagos indebidos, que hay empresas que no avanzan las obras que deberían de avanzar para justificar lo que se les pagó, o que puede haber una mala gestión de los contratos.