‘Aquí es un negociazo’

Daniel ha vendido droga en Culiacán por 15 años y asegura que el narcomenudeo es un “negociazo” que desata confrontaciones entre vendedores cuando quieren arrebatar a otro su cartera de clientes.

Es una venta “canibalizada”.

“Aquí hay mucha venta de eso, demasiada, por eso es la guerra que hay ahorita. Porque queremos vender más”, cuenta.

Es tal el tamaño de las ganancias, explica, que en un punto fijo pueden ganarse de 150 a 200 mil pesos al día, tan sólo por la venta de metanfetamina. Por eso ya no vale la pena correr los riesgos de contrabandear droga hacia EU.

“Las ganancias para Estados Unidos son buenas, el detalle es que aquí es un negociazo, aquí hay mucha venta y si tú mantienes el control del menudeo es una ganancia inmensa. No tienes porqué arriesgarte yéndote para EU. Es más posibilidad de que caigas allá a como están las cosas”, describe.

“Ahorita hay mucho mercado aquí, se puede decir que aquí se vende la droga más que otra cosa. La mota se está consumiendo mucho, pero lo que más se vende es el crystal”.

Una muestra del tamaño del codiciado negocio. El 30 de agosto, el Ejército aseguró un laboratorio clandestino en el que se fabricaba metanfetamina, ubicado en el Zapote de los Cázarez, Mocorito, Sinaloa.

Los responsables huyeron, pero los militares descubrieron 2.7 toneladas de crystal listas para su venta.

Aseguramiento de un laboratorio de metanfetamina en Mocorito, Sinaloa, el 30 de agosto de 2017. En el lugar, el Ejército mexicano y la Procuraduría General de la República decomisaron 2.7 toneladas de crystal. Foto: Luis Brito/Noroeste.

La droga estaba distribuida en 27 botes de plástico con 100 kilos cada uno. Se requirió de cuatro elementos de la Procuraduría General de la República para subir cada bote a un camión.

Si el precio de calle de una bolsa con 200 miligramos de metanfetamina es de 50 pesos, esas 2.7 toneladas equivaldrían a 675 millones de pesos ó 37 millones 800 mil dólares al tipo de cambio que el Banco de México publicó ese día.

El equivalente a la cuarta parte de los 157 millones de dólares que ingresaron en Sinaloa por remesas en el primer trimestre de 2017 en un solo laboratorio clandestino.

“La gente le ha estado haciendo la lucha de vender aquí y por eso fue el pleito, me imagino yo, porque hay mucho mercado. Mientras que haya quien lo compre se va a vender, y no se va a acabar”, dice Daniel con la mirada penetrante. Su voz retumba.

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